HISTORIA DE LA SILLA CONFIDENTE
En el siglo XIX, en Francia se diseñó un mueble conformado por dos sillones contrapuestos. Este mueble se usaba principalmente en interiores para las visitas que buscaban cortejarse, estos podrían mantener una conversación sin perder contacto visual y manteniendo los modales adecuados.
Al estilo de diseño al que pertenecían estos sillones, era conocido como “estilo Napoleón tercero”. El cual obtuvo popularidad a finales del siglo XX entre las familias más adineradas de Mérida, adoptando estos diseños franceses como símbolo de elegancia y lujo.
En el corazón de Mérida, la silla confidente ha sido testigo de incontables historias de amor. La leyenda cuenta que un joven y una doncella de Mérida se enamoraron perdidamente, pero su amor fue prohibido por el padre de la joven, un hombre severo que temía el escándalo. Para evitar cualquier contacto indebido, el padre ingenió una solución: La Silla Confidente. Con su forma en «S», esta silla permitía a los enamorados hablar sin tocarse, manteniendo una distancia física que el padre consideraba apropiada. Así, la silla se convirtió en un símbolo de amor.
Hoy, Santa Fe Living revive esta tradición con un toque moderno, integrando dos sillas confidentes rediseñadas por la arquitecta Karla Carrillo en nuestro proyecto. Inspirada en la historia original, se ha creado una obra que fusiona pasado y presente. Las sillas, aunque conectadas en la base para simbolizar la unión de aquella pareja, se encuentran separadas por un delicado espacio que evoca la prohibición que enfrentaron.
Así, estas piezas no solo adornan nuestros espacios, sino que cuentan una historia de amor eterno, adaptada a los tiempos modernos.
